El sábado se es ido, el viernes ya
pasó.
El domingo es venido, y con él el
dolor.
El lunes, acechante, es un fuego en
mi interior,
brava llama que me quema, que mis
ansias abrasó.
El fin de la semana se está por
agotar.
Harto de todo esto, muerte pido, y
paz,
Caigan sobre mí tanto el hacha como
el haz,
Antes de otro ciclo de torturas
comenzar.
Y en el ocaso de aquello que fue
libertad,
las mentiras lamento y la ilusión de
placer
que otrora ocultaran l.a cruel
realidad.
Y por querer nada más, jamás, haber
de hacer,
por incapaz de gozar la fugaz
mocedad,
pido ya reposar de afanado bachiller.
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